Este mes se están realizando numerosos eventos cuya temática se centra en las mujeres. Uno de estos lugares donde se está llevando a cabo es el Real Coliseo de Carlos III en San Lorenzo de El Escorial (Madrid), el cual acoge diversos espectáculos en su programación «Mes de la mujer». Entre ellos está el concierto del fin de semana pasado de Noa Lur: Troublemaker (Persona que se mete en problemas), que debe su nombre a su segundo disco. La combinación de un concierto de jazz en un real edificio del siglo XVIII resulta sumamente atractiva. Si a esto le sumamos que Noa Lur fue telonera de BobbyMcFerrin en el MadGarden Festival, consiguió alcanzar el número uno en iTunes jazz y tiene una críticas increíbles sobre su voz y cómo interpreta las canciones, el resultado puede ser asombroso.

Nada más comenzar a cantar Noa Lur entusiasmó al público, un impacto que no es tan sencillo conseguir. O tal vez sí, si tienes una voz interesante que atrapa desde el principio. El tema responsable de ese gran inicio fue Walk Your Talk (Haz lo que dices/Sé consecuente con tus palabras): tiene carácter, fuerza y engancha.

Otra canción que me gustaría destacar es The Dream (El sueño). Comienza introduciéndonos en ese ambiente tan onírico con el solo de piano de Moisés P. Sánchez, quien combinó diversas influencias que van del jazz a unas reminiscencias del piano romántico que me hicieron recordar algunas obras de Frédéric Chopin y, sobre todo, de Franz Liszt, por el virtuosismo requerido y la sonoridad conseguida. La sensación lograda fue de asombro y perplejidad, capturando a la audiencia en esa fantástica introducción. Una vez aferrados en los brazos de Morfeo, pudimos escuchar una perfecta sincronización entre el piano y la voz, la cual imita el sonido de este instrumento en determinados pasajes rápidos.

Sin embargo, una gran voz sin un buen acompañamiento estaría desnuda sobre el escenario y la musicalidad se perdería. No es el caso porque esta cantante está acompañada por una banda muy bien compenetrada en la que destacaron las distintas secciones instrumentales y a lo largo del concierto hubo momentos de lucimiento por parte de todos los intérpretes a través de sus solos. En algún momento no pudimos disfrutar tanto del sonido de la trompeta de Miron Rafaejlovic porque es un teatro que no se construyó pensando en un instrumento tan potente. Aun así, el amplio registro de tesituras y sonoridades que surgieron de la trompeta nos transportaron a la época de las grandes figuras del jazz del siglo XX pero con un sonido moderno. Algo similar sucedió con el trombón y el saxofón que llegaron a empastar sus timbres entre ellos y con los diferentes registros y efectos de la voz. Fue especialmente llamativo esa mimetización entre la flauta travesera -también a cargo del saxofonista Rafael Águila– y la cantante. Un gran trabajo de maestría y expresividad.

Resulta que hay cantantes que exponen todas sus cartas en una sola canción pero Noa Lur va mostrando nuevas capacidades vocales e interpretativas en cada tema, lo que hace que el público se sorprenda con cada nueva faceta vocal que va descubriendo en cada uno de ellos. Además, Noa Lur consiguió conectar con su público no solo con su interesante voz, sino con su simpatía y esa manera tan especial de introducir cada una de las canciones, que hace que te sientas identificado con esa historia. Por si fuera poco, en este concierto el público fue partícipe de una manera activa en la interpretación de algunos temas, lo cual es de agradecer. Todo esto hizo que nos sintiéramos muy a gusto mientras disfrutábamos de la interpretación de los temas de un gran disco interpretados en su mayoría en inglés, algunos en español y otros en los que aparece un término en vasco cuyo significado le da sentido al carácter de la canción, como la preciosa Errua (Culpa) o Badakit (Lo sé). En esta última cuentan con la colaboración de la violinista Maureen Choi, quien aporta nuevas sonoridades que van desde la más pura energía al más absoluto intimismo. 

Lo habitual es que te guste más lo que escuchas en el disco que en el concierto pero en este caso sucede todo lo contrario. Creo que una de las principales características de este equipo es que son grandes músicos que se unieron en un proyecto que les encanta y eso se nota cuando escuchas el disco y, sobre todo, en el directo. Es como si los artistas se sintieran aún más libres de poder expresarse, lo que hizo que el público también se entregara y disfrutara. De hecho, fue tal la ovación recibida al final que nos obsequiaron con un bis con ese primer tema con el comenzaron el concierto pero en esta ocasión el mensaje fue reivindicativo por y para las mujeres, en especial para todas las que fueron asesinadas por la violencia machista ( en lo que llevamos de año, en España ya son 16 las mujeres asesinadas).

Esta banda con Noa Lur a la cabeza tiene soul (alma) y dan toda una lección de estilo, carácter y musicalidad que te convierte en un Troublemaker que quiere escuchar más de este grupo.