The Exterminating Angel, la última ópera de Thomas Adès

The Exterminating Angel, la última ópera de Thomas Adès

Un grupo de personas de la alta sociedad reunidas para comer se encuentran atrapadas en una habitación, incapaces de abandonarla sin razón aparente, lo que desata una progresiva degeneración de las costumbres y la convivencia. Este es el inquietante argumento de El ángel exterminador, la célebre película de Luis Buñuel, sobre la que Camino Aparicio nos habló en su reciente artículo. Es sobre ella que el compositor británico Thomas Adès ha compuesto su última ópera, estrenada en Salzburgo el pasado verano y representada por primera vez en la Royal Opera House el pasado 24 de abril. (más…)

Benjamin Appl y Michael Fabiano en la Wigmore Hall: dos aproximaciones opuestas a la canción

Benjamin Appl y Michael Fabiano en la Wigmore Hall: dos aproximaciones opuestas a la canción

El pasado 21 de abril tuvieron lugar en la Wigmore Hall de Londres dos conciertos de su serie dedicada a la canción, pero con artistas de perfiles muy distintos. Alumno de Fischer-Dieskau y asiduo a la Wigmore Hall así como a diversas Schubertiadas, el barítono Benjamin Appl es un especialista en el género de la canción. El tenor Michael Fabiano, en cambio, centra su carrera en la ópera, con compromisos en los principales teatros. Sus trayectorias marcan claramente el contenido de sus recitales, así como su estilo a la hora de afrontarlos. (más…)

Suculento banquete con Ray Chen

Suculento banquete con Ray Chen

El programa número 18 de la OBC era a priori uno de los más interesantes de la temporada: significaba el debut en Barcelona del violinista Ray Chen y de la directora Simone Young, y además con una obra extraordinaria pero inusual como la Serenata de Bernstein. Es una lástima que el programa de mano no estuviera a la altura de la ocasión. El texto de Javier Pérez Senz no contenía más que información superficial sobre las obras, sin ofrecer claves para facilitar la comprensión de las mismas y potenciar su disfrute. No es de extrañar que el público no muestre mayor interés por ciertos repertorios si aquellos que deberían formarles y motivarles no hacen su trabajo. (más…)

Negro azabache

Negro azabache

Ser algo, a menudo, implica no-ser otra cosa. Es decir, uno se pretende definir para decir aquello que no es. Al menos, esto es bastante así en la cultura occidental. Puede que esa sea, tal vez, una razón fundamental para entender el porqué uno es llamado a disimular los afectos hacia aquello no-humano. Hablo, esta vez, de mascotas. Y, en concreto, de perros.

Me haría un flaco favor a mí y, seguramente, a toda persona que me pueda leer, si hago un repaso sobre la historia de la convivencia, la domesticación, adaptación… de los perros.  Pues es largamente conocida. Y quién quiera, puede recabar toneladas de información en pocos segundos. Tampoco creo que sea oportuno discutir, ahora, sobre si el perro puede querernos de una manera que ningún otro animal podría o si esto no es así. Tengo mi opinión formada sobre ello pero no es éste el momento de ensuciarse las manos. Ha habido y habrá momentos más propicios para el choque de trenes. Me limitaré a decir algo: los perros marcan un hecho diferencial en la cultura humana. Esto es incontrovertible.

Frederick Smallfield (1828-1915) – Girl & Dogs Charity

Sería difícil conocer a alguien a quién no le haya cambiado la vida tener un perro como mascota. Toda persona con la que he hablado sobre ello ha manifestado una alegría inmensa, una emoción indescriptible, algo que es fácil de sentir y complejo de explicar. No obstante, pareciera haber algo de «feo» en todo ello. Parece haber un mensaje: no es «racional» amar a quién no es de tu especie. Pero, otra vez, adentrarse en ese debate sería estéril porque, antes de todo, deberíamos ponernos de acuerdo en qué entendemos por racional. Y ahora no tengo tiempo para ello. A decir verdad, haya o no algo de «feo» en esto, no se podrá evitar que cada uno sienta ese vínculo como algo íntimo. Los canes no se lo cuestionan: sienten. Y, en este caso, es de ser agradecido tratar de hacer lo que ellos hacen: sentir.

Así que, cuando faltan, cuando ya no están, se siente también. Se les echa de menos. Pero, de nuevo, hay un imperativo que lleva a disimular (o, cuanto menos, a atenuar) ese sentimiento. Nadie comprendería que uno no fuera a trabajar por su luto. Pero ese luto está ahí. Y está porque debe estar.

¿Por qué deberíamos ocultar nuestra tristeza ante su muerte, si pudimos mostrar tanta alegría gracias a ellos? Quizás, aquellos que se nieguen a comprender estas emociones no lo sepan: pero si fuimos más amables, si comprendimos mejor los problemas, si llegamos al trabajo más contentos y animados, si fuimos más generosos… sí, en definitiva, nos convertimos en mejores personas fue, queramos o no, porque estábamos influidos por nuestras mascotas. Porque su compañía, su afecto y su forma de ser nos transformó para siempre.

Nos duele que se vayan porque tenemos la sensación de que han dado mucho más de lo que han recibido. Y esto será siempre así, por mucho que hayan recibido. Así que todo duelo será pequeño en el tiempo si entendemos que, gracias a ellos (nuestros perros), nunca volveremos a ser iguales. Porque gracias a su amor, se simplificó todo. Sólo nuestra gratitud hacia ellos nos puede sanar: y afortunadamente, hay mucho por lo que estar agradecido.

Nunca podremos olvidar tu negro azabache y, por encima de todo, tu cariño sanador.

 

 

La fábula del decoro

La fábula del decoro

Había una vez un lugar en el que el respeto, el buen hacer y el decoro eran las máximas imperantes.

Allí, sus gentes admiraban las virtudes de sus gobernantes y les aplaudían por su coherencia.

El portavoz de esos gobernantes era un hombre tan ecuánime que se ganó el favor no sólo de sus compañeros sino también de sus adversarios. Éste hombre jamás osó desconsiderar el dolor de nadie y siempre se comportó de forma noble ante todo el mundo.

Pero el portavoz tuvo en quién mirarse entre los suyos. Su líder no escatimó nunca en elogios hacia el anterior jefe de gobierno. Se reflejaba tanto en su antecesor (como líder) que tuvo a bien dominar,  como él, la lengua vehicular del mundo.

 

Fábula – El Greco (1600)

 

La magnificencia no sólo era virtud sino norma. Por ello, en este lugar se toleraba cualquier broma, pues, no se temía a las dudas. Y, sobre todo, existía el equilibrio: no había opiniones mejores ni peores, cualquier idea era respetada, incluso las que no respetaban a nadie.

Al manifestarse, todos los órganos de poder expresaban una cristalina imparcialidad. Alcanzaban la Verdad porque, como es bien sabido, está sólo es alcanzable por y para los decorosos.

Rara vez se producía injusticia alguna en estas lares, y cuando se hacía, todos trabajaban para resolverla de inmediato.

Allí, todo el mundo tenía su voz, su voto y su pan. Pues a nadie se le hubiera ocurrido hurtar a nadie lo que es, por derecho, suyo. Todos los derechos que se reflejaban en La Carta eran cumplidos a raja tabla.

En dicho pueblo, toda la ciudadanía estaba no sólo contenta, sino extasiada de felicidad. Felicidad derivada del conocimiento cierto de que la ley era igual para todos, de que podían expresar lo que quisieran con total libertad y de que todos iban a poder dormir calientes y con el estómago lleno.

Las maravillas de este sitio perduraron en el tiempo, tanto y tanto que no nos alcanzan las palabras para seguir contando más verdades. Y como sin Verdad no se puede vivir, este es el momento de concluir con la fábula del decoro.

 

Me ha costado mucho escribir esto. A decir verdad, no es «este» artículo el que me ha resultado difícil. Lo complicado ha sido dejar de estar acumulando decenas de borradores para intentar decir algo sobre el bombardeo informativo de las últimas semanas. Por eso, al final creí que era mejor escribir una fábula.

Las metamorfosis de Ligeti y Strauss

Las metamorfosis de Ligeti y Strauss

Bajo el título Metamorphosen, la Aurora Orchestra presentó en el Southbank Centre un programa que incluia el Cuarteto nº1 “metamorfosis nocturnas” de György Ligeti, y Metamorphosen de Richard Strauss. Como ya tuvimos oportunidad de contar, la programación innovadora y las colaboraciones interdisciplinares son objetivos básicos de esta formación, y para esta ocasión contaron con la colaboración del artista y escritor Edmund de Waal, que junto con Nicholas Collon (director titular de la orquesta), exploró la idea de metamorfosis o transformaciones en el arte. (más…)