¡Ay! ¡Qué calor! Pero qué maravilla poderse sentar bajo una sombra a leer un buen libro. ¿Estás sin ideas? No problem! Aquí llegan nuestros refresquitos de literatura.

Marina

El verano es para las bicicletas, sí, pero también para las novelas de policías. Si aún no te has adentrado en este mundo (que muchos consideran sosón y poco intelectual pero que verán cuán equivocados están al saber que figuras como Walter Benjamin o Siegfried Kracauer se encargaron de pensar filosóficamente sobre las novelas de policías), te recomiendo tres vías: 1. no leas bestseller sin ton ni son. El código Da Vinci no es un buen libro (si discrepas, puedes exponer tus argumentos en los comentarios). Como mucho, lee bestseller tipo Diez negritos, de Agatha Christie o los de Sherlock. Bien. 2. Novela inglesa: Edmund Crispin, Wilkie Collins, el ya nombrado Arthur Conan Doyle. Flema inglesa y escritura deliciosa. 3. novela en español: Leonardo Padura o venga, es el momento, lánzate con Pepe Carvalho, el mítico detective de Vázquez Montalbán. Ignacio del Valle va ganando fama con su detective Andrade. No me caben aquí más. Pero para empezar, tienes muchos. Y muy buenos.

Elisa

Os animo, y también a mí, a recuperar una novela titulada Leer Lolita en Teherán, de la escritora iraní Azar Nafisi. Fue un regalo de un amigo al que hace tiempo no veo, pero sigo echando de menos. Aquella noche en que me obsequió con este libro, me dijo lo siguiente: «es la historia de una mujer que cree en el poder de las palabras para cambiar el mundo, y al encontrarla, me he acordado de ti». Y es cierto, creo en el poder de la literatura. Tanto en su utilidad desmesurada como en su propia inutilidad, en el placer absoluto de la lectura. Y, además, esta recomendación incluye también la lectura casi obligada de Lolita, de Vladimir Nabokov. Imprescindible. A continuación, un adelanto:

«En el otoño de 1995, tras dimitir de mi último puesto académico, decidí darme un capricho y cumplir un sueño. Seleccioné a siete de mis mejores y más entregadas alumnas y les invité a acudir a mi casa los jueves por la mañana para hablar de literatura». Leer Lolita en Teherán, Azar Nafisi.

“Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos paladar abajo para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta”. Lolita, Vladimir Nabokov.

Antonio

El libro que pretendo leer este verano es Ready Player One de Ernest Cline estrenandome además en el mundo ebook. Altamente recomendado por mis jefes, se postula como un libro tardío para toda una generación de amantes de los videojuegos. Ya Hollywood le puso el ojo hace tiempo y tendremos adaptación dentro de poco. Si tienes edad suficiente para haber disfrutado de las ahora llamadas «viejas glorias» del videojuego parece que deberías darle una oportunidad. Veremos si aprueba para septiembre.

Camilo

Una lectura placentera y, se podría decir, al mismo tiempo un tanto extraña para las vacaciones, es la de un libro que hace seis años causó mucho revuelo y que hoy en día ha caído un poco en el olvido. Me refiero a Dublinesca (2010) de Enrique Vila-Matas. Se trata de una novela sobre el tedio y el momento de un salto mortal a una realidad ajena (¿la de la lectura misma? ¿la de lo literario en general?), a Irlanda, al mundo irlandés, al mundo de lo literario, a la obra de Joyce y de Beckett, de Julien Gracq y sobre todo, al mundo del yo que buscamos constantemente. Dublinesca trata sobre la odisea de un individuo tras las huellas de su personalidad, el individuo que teje una telaraña y con ella el mapa de sus despegamientos en miles y miles de caras y personalidades. Una novela-ensayo llena de humor y de momentos intensos de poesía y filosofía.

Carles

Encaro el verano con varios títulos en mi estantería de libros a leer. Para empezar voy a aprovechar el tiempo para acabar de liquidar Acte de Violència, un libro de Manuel de Pedrolo sobre una huelga de tres días en una ciudad anónima. Reivindicación política vivida por distintos personajes. También voy a leer El fin y los medios, de Aldous Huxley. Este ensayo del conocido autor supone un momento clave en su carrera, pues le hace dar el salto de una ficción reivindicativa a un libro puramente ensayístico. Reflexiones políticas previas a la Segunda Guerra Mundial que en muchos casos se demostraron ciertas. Un tercer libro que voy a leer es La guerra de les salamandres, de Karel Capek. Una sátira humanista usada para analizar algunas de las barbaridades de nuestro mundo actual. Para acabar con la colección de libros de editoriales pequeñas, voy también a leer The Great Gatsby. Poco puedo decir sobre este libro que no se haya dicho ya.

Pablo

Lo bueno del verano en Madrid es que empieza con la Feria del Libro. Lo malo es que no es recomendable salir de casa antes de las ocho de la tarde. Lo que nos da días enteros de lecturas refrescantes con las persianas bajadas. Los libros son entonces, como siempre han sido, una forma de resistencia. Dos me han acompañado en este inicio de verano: el primero es ya un clásico contemporáneo, merecedor del prestigioso Pulitzer: La maravillosa vida breve de Oscar Wao, del escritor dominicano y estadounidense Junot Díaz; una auténtica joya para leer de un tirón «a calzón quitao», como quien dice. El segundo es el último libro publicado por la editorial La Uña Rota, que tantas delicias librescas nos está ofreciendo a los amantes del teatro: Mierda Bonita de Pablo Gisbert, no apto para lectores moralistas y/o mogigatos. ¡Disfruten y lean!

Ainara

Este año se cumplen 110 de años del nacimiento de uno de mis escritores más admirados (si no el más), Samuel Beckett (1906-1989). Las efemérides siempre suponen una buena excusa para recordar aquello que una cree que nunca puede ser olvidado. Aunque Beckett es conocido y reconocido, sobre todo, por sus obras de teatro, yo quisiera recomendar su narrativa (si es que así puede llamarse a la novela que no narra nada, en la que nada pasa). Y, como estoy que lo tiro, os recomiendo tres novelas al precio de una: su trilogía Molloy, Malone muere El Innombrable es una excelente obra para quienes disfruten del absurdo, de la angustia gratuita y el desasosiego desmedido. Una absoluta delicia desconcertante y existencialista.

Javi

La editorial berlinesa Merve, especializada en filosofía continental, nos ofrece un nuevo volumen de ensayos editado por el crítico literario Armen Avanessian, que ya es un clásico de la casa. En ellos se desbroza el concepto de temporalidad que subyace a un arte contemporáneo que, nos dicen, ha desgastado finalmente su fuerza fundacional (que consistía precisamente en asentar una temporalidad irreduciblemente nueva). Entienden que esta nueva temporalidad post-contemporánea, marcada por el nuevo escenario neoliberal, solo puede ser especulativa, donde el presente ya no es la categoría central, sino el futuro. Una obra que promete profundizar en la línea del realismo especulativo (corriente tan en boga en la filosofía más reciente) y volver a explicarnos el estado del arte con una conceptualidad a la altura de su complejidad, siguiendo el espíritu de Adorno.

Daniel

El itinerario de este verano es inconcreto, responde a una inquietud y una intuición. El topos del exceso de visión aparece en distintas formas y con distintas resoluciones en la literatura clásica y bíblica. El vidente y ciego Tiresias, Ayax y Hércules ciegos enfurecidos, los ojos extirpados de Edipo, el exceso pecaminoso de David mirando a Betsavé y su correspondiente clásico en Acteón y Artemis, junto con otras visiones mórbidas como la de los viejos que miran a Susana, o la de Penteo que se condena mirando a las Bacantes. Una estructura mítica profunda en la que confluyen la sexualidad, el misterio, la profecía, el castigo y la hybris vidente. Durante el verano procuraré buscar variantes de este tópico en la literatura clásica, así como referencias para su interpretación, siguiendo los modelos de J. Campbell, C.G. Jung, y G. Dumézil. Ya veremos qué resulta.