Este verano en Cultural Resuena os invitamos a la primera edición de un evento imaginario que tendrá lugar en ninguna parte: un festival que no se rige por las leyes del tiempo ni del espacio y que reunirá a grandes glorias y a injustos olvidados del pop y el rock en sendos escenarios (el mastodóntico Escenario Anís del Tigre y el más modesto Escenario Aceitunas Liaño). Cada semana desvelamos dos grupos de este cartel imposible y os invitamos a escuchar la lista con las canciones de su improbable concierto.
PRIMERA SEMANA:
ESCENARIO ANÍS DEL TIGRE
David Bowie en 1972
Un artista que apenas necesita presentación y que no podía faltar entre los grandes nombres del cartel. A lo largo de su dilatada carrera profesional, David Bowie adoptó varias personalidades y hemos optado por una de la más emblemáticas: la panocha y galáctica estrella de rock Ziggy Stardust. En 1972 Bowie acababa de sacar The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars, así que el grueso de su setlist lo compondrían pistas del que muchos consideran su mejor álbum. Si nos fiamos de lo que solía tocar en el tour que arrancó ese año, también aparecerían por allí joyas de discos anteriores, como Changes o Space Oddity. Por si esto fuera poco, el guitarra de la banda que Bowie montó para la ocasión (los Spiders from Mars del título) era un Mick Ronson en estado de gracia. Un concierto totalmente imprescindible.
ESCENARIO ACEITUNAS LIAÑO Midlake en 2004
Midlake es como ese chico de tu clase que apuntaba para primera división y que ahora juega a fútbol siete con los otros cuñados del barrio. Fue en 2004, con su álbum de debut de disléxico título (Bamnan and Slivercork) cuando alcanzaron su corto zénit. El disco está repleto de texturas entrañables que recuerdan al Casio de toda la vida y las letras de Tim Smith, su vocalista de entonces, crean un imaginario cohesionado a medio camino entre 1984 y Hora de Aventuras. El paso de Midlake por nuestro festival sería antes de que el grupo cayera en el pozo de folk insulso de sus siguientes álbumes, así que su lista de canciones estaría compuesta por pistas de su magistral primer disco y de su nada desdeñable EP de presentación.
Con la llegada del verano y las vacaciones todos disponemos de algo de tiempo libre para dedicarlo en tareas que hemos ido dejado aparcadas o que no se dan en el resto del año. Con esta premisa queremos compartir con vosotros los planes que cada uno de nuestros redactores tienen para esta temporada en cada una de las áreas que componen esta revista. Hoy, música para Re-frescarte:
Marina
Yo, este verano, me voy a dedicar a poner a punto una de mis listas de Spotify, la más bizarra: «Canciones que tengo que escuchar y juzgar». Una en la que me dedico a poner lo que quiero escuchar cuando tenga tiempo. Si algo es el verano, es tiempo. Así que ya no lo retrasaré más. Esto y un mojito y lo peto:
https://open.spotify.com/user/malahierba/playlist/16iY2ESNGVNfhdpPhVcpX9″
Elio
Se dice mucho que la música clásica es elitista y durante el verano, con los indecentes precios de los festivales, lo es más que nunca. Salvo en Londres, donde cada verano se reúnen los mejores músicos para ofrecer conciertos de altísimo nivel a precios populares en el festival BBC Proms. Sin duda encontrareis algo de vuestro interés entre los 75 conciertos que se pueden escuchar en directo por la emisora BBC3 desde el 15 de julio al 10 de septiembre.
Antonio
El veranos es tiempo de festivales y eventos musicales de todo tipo. Después de una racha sin pasar por uno este año apetecía y al final caerán el Festival de Ortigueira, al que llevo años queriendo ir y, uno al que repito, el Santander Music Festival. Coincidiendo, además, con los compañeros de esta misma revista: Guillermo y Marina respectivamente. Si habrá crónica o no depende estrictamente de lo que recordemos al día siguiente. ¿Y tu? ¿Vas a algún festival este año?
Daniel
Es cierto que durante el verano podemos desentendernos de la rutina habitual y proponernos a resolver algunos placeres pospuestos. Pero, siendo debidamente escéptico, muchas veces nos gana el optimismo y al final nos consideramos afortunados si llegamos a cumplir con tan sólo un tercio de los proyectos. Aun así, no quisiera ser pesimista desde el principio. Me gustaría ocupar este verano en reflexionar sobre las extensiones musicales del trabajo de tres autorxs ajenos a la música: Gaston Bachelard, Michel Foucault y Lily Litvak. La idea angular para esta relación: creación musical y libertad. A ver qué nos depara el verano.
Ainara
Cécile McLorin Salvant en el Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz. Hace dos años esta cantante realizó una pequeña colaboración en el concierto del pianista Jacky Terrasson en el mismo festival y nos dejó con la boca abierta. La cantante, de formación clásica, lleva ya diez años sumergida en el jazz. Quienes no hayáis tenido la oportunidad de escucharla en directo, podéis aprovechar para descubrirla el día 16 de julio en Vitoria-Gasteiz. Una voz deslumbrante, llena de matices, con un registro y timbre alucinantes. Para más infoirmación, visitad el siguiente enlace: https://www.jazzvitoria.com/es/programa/mclorin-salvant
Carles
Zoran Predin: Este verano cumplirá un lustro de mi estancia en los balcanes, así que aprovecharé para volver a descubrir la música de este esloveno.
Guillermo 2
Todo el mundo debería tener un casette para el coche con las canciones del album La mató porque brillaba(2006) de El Gran Puzzle Cozmico, para mi uno de los artistas más originales que han entrado y salido de nuestras listas de reproducción sin pena ni gloria. Un genio de los juegos de palabras, el proto-posthumor español y la mixtura loca del bakalao con alaridos. Un estilo ya trabajadísimo por Sergio (que así se llama el señor detrás de la máquina) antes de que Las Bistecs lo publicitaran con la etiquetaelectrodisgusting. Este primer verano pepero de los 4 que se avecinan es una buena oportunidad para entregarnos sin tapujos al nihilismo musical.
Guillermo
Dios bendiga al algoritmo de recomendación de youtube. Me conoce mejor que yo mismo. Así fue como llegué a descubrir este discazo, recopilación de bandas femeninas de garage en los 60 y 70, con sonidos y timbres muy surferos para pasar el calvario mientras cae el sol. Especial mención para Only seventeen y sobretodo Hurtin’ Kind, de la enigmática banda The Bittersweets (no confundir con la actual del mismo nombre) de la cual no encontrarás nada en la red.
Al final de la calle hay un grupo de chicos que miran. Al final de la calle hay un coche con las luces encendidas. Al final de la calle hay una farola fundida. Al final de la calle hay un callejón. Al final de la calle hay soledad y silencio. Lo que aparece siempre, para una mujer, en cualquier calle nocturna, es el miedo. Au Bout de la Rue (Al final de la calle), de Maxime Gaudet, es un cortometraje francés que se ha hecho viral en redes sociales y del que se han hecho eco numerosos medios en España a comienzos de este mes. La película sugiere en poco más de tres minutos la situación de una joven que tiene que regresar a casa sola en la noche. Y digo sugiere porque, como mujer, me he sentido enormemente identificada desde incluso antes de darle al play y, sin embargo, enormemente irritada al ver que ese corto que tanto había llamado la atención se quedaba, no obstante, muy muy corto. Tras despedirse de sus amigos al salir de una fiesta la protagonista cruza dos o tres calles, recorrido en el que es increpada por un joven de esos que creen que intimidar a una chica es la mejor forma de ligar. A continuación se desvía de la acera para esquivar a otro joven, todo ello habiendo apagado la música que escuchaba para poder estar alerta. Al llegar a casa saluda a su pareja afirmando que le ha ido muy bien el día.
La cotidianidad de esta situación es tan abrumadora que, efectivamente, no merece ni mención al llegar a casa. Lamentablemente hemos asumido el miedo como una situación “normal”, inherente a nuestra condición de mujeres. Pero no lo es. El miedo ha tomado tanto las riendas de —entre otras cosas— nuestro regreso a casa, que al pulsar el play, esperaba ver a una chica corriendo sin motivo aparente, con un montaje trepidante de planos cortos y desde diferentes ángulos insinuando casi la locura, y la banda sonora de Psicosis acechando en cada esquina mientras cada hombre con el que se cruza la mira con los ojos inyectados en sangre, aparentemente dominados, cual zombies, por el impulso de matar, violar, golpear, increpar o robar. Sí, esperaba una película de terror. Lo que encontré, sin embargo, es una mucho más ligera representación de ese terror. Una cuidada fotografía, eso sí, y un silencio necesario y completamente acertado para la situación.
Mi mayor sorpresa fue cuando leía ciertos comentarios masculinos en la red acerca de cómo el corto no era más que, como otras muchas reivindicacones, una exagerada victimización de las mujeres. A esos hombres les digo que puede que sean unos inocentes ignorantes, pero, aunque no lo crean, seguro que más de una vez han sido uno de esos zombies terroríficos por el simple hecho de caminar detrás de una chica, bajarse detrás de ellas en el metro o el autobús, mirarlas de arriba abajo, tocarles la pita al pasar con el coche, o incluso, reírse de cualquier otra cosa mientras una de ellas pasaba por su lado. Efectivamente, salir del metro detrás de una chica no es reprochable, casi siempre se trata de un hecho casual, pero que ella se sienta atemorizada cuando esto ocurre significa que algo está pasando, que algo no funciona bien. Que apaguemos la música al salir del autobús, que saquemos las llaves del bolso con mucha antelación, que tengamos pre-marcado el teléfono de nuestros padres “por si acaso” mientras caminamos por la calle, que cerremos a toda prisa el portal del edificio con el corazón a punto de salir de nuestro pecho, no es, y esta vez sí que no hay duda, nuestra culpa. Así que Au Bout de la Rue no solo no es una victimización de las mujeres, sino que, además, deja muy bien parados a los hombres; quienes, por cierto, deberían asumir la responsabilidad social de estar atentos para no ser percibidos con los ojos inyectados en sangre (si verdaderamente no los tienen) por quienes somos incapaces de dejar de escuchar la banda sonora de Psicosis cuando vamos solas, de noche, por la calle.
La fotografía le acompañó durante toda su vida. Vivian Maier (Nueva York, 1926 – Chicago, 2009) , niñera de profesión y fotógrafa de vocación, murió en la indigencia y sin ser consciente de que hoy sería reconocida como una de las fotógrafas más relevantes del siglo XX. De los 120.000 negativos que abandonó sin relevar en un sótano oscuro, la Fundación Foto Colectania de Barcelona expone cerca de 80 de sus mejores tomas, todas ellas incluidas ya en los anales de la historia de la street photography al mismo nivel que los consagrados Helen Levitt, William Klein y Garry Winogrand.
‘In her own hands’ colgará de las paredes de la Fundación hasta el próximo 10 de septiembre, una muestra que se realiza en consonancia con la que la Fundación Canal de Madrid inaugurará el próximo jueves 9 de junio, y que posteriormente viajará a Italia y Canadá. La exposición reúne algunas de aquellas escenas callejeras que protagonizó Maier como transeúnte habitual de Nueva York y Chicago a lo largo de las décadas de 1950 a 1980, primero en blanco y negro y posteriormente también en color. Son instantes captados en una sola toma, escenas cotidianas y espontáneas que constituyen el mejor archivo documental de la ‘América urbana’ de la segunda mitad del siglo pasado. Como apunta Anne Morin, comisaria de la muestra, la gran habilidad de Maier fue saber comunicar tanto el humor como la tragedia a través de la composición, la luz y el entorno específico en cada fotografía.
El gran archivo personal de Vivian Maier se descubrió por pura casualidad. Fue el historiador John Maloof quien en 2007 compró el almacén de Maier, subastado por impago, y comenzó a investigar en busca de imágenes antiguas de la ciudad de Chicago. No fue hasta 2009 cuando abrió aquellas cajas y empezó a vender las fotografías por internet, hasta que el también fotógrafo y cineasta Allan Sekula le alertó del gran valor de aquellas obras. Para el momento en el que se comenzó a reunir toda su obra, Maier falleció. Era el 21 de abril de 2009.
Niños que nos miran interrogantes, parejas que se besan en medio del bullicio del tráfico, la ciudad solitaria de noche y apabullante de día. Observar las fotografías de Vivian Maier es adentrarse en una época perdida, pero no olvidada, que desde el presente se recuerda con la nostalgia de quien no la ha vivido. También sus incontables autorretratos, el reflejo enigmático en espejos y vitrinas, son utilizados a menudo para realizar juegos de contraste y sombras. Su figura altiva y potente contrasta con la media sonrisa de su rostro, haciendo patente que su presencia está allí, tras la cámara, atenta a cualquier movimiento. Su apariencia casi invisible le valió a Maier la intromisión en la privacidad de aquellos paseantes anónimos −o no tanto− de los que tomó prestados algo más que instantes momentáneos de sus vidas.
Vivian Maier, in her own hands. Del 6 de junio al 10 de septiembre de 2016. Foto Colectania, Barcelona.
El próximo jueves nueve de junio se celebra el Día Internacional de los Archivos y Barcelona se sumará a la conmemoración. Durante los días que rodean esta efeméride distintos archivos de Barcelona y de toda Cataluña realizarán diversas actividades con la finalidad de mostrar al público en general la importancia de los archivos y de la labor de lxs archiverxs. La cartelera, dispersa entre las distintas instituciones implicadas, ofrece exposiciones, conferencias, presentaciones, jornadas de puertas abiertas, y muchos otros eventos.
A menudo la percepción que se tiene de los archivos es de sitios separados de la vida cotidiana, con difícil acceso relegado sólo a archiveros e historiadores, y a veces incluso se imaginan como polvosos depósitos de papeles viejos y aburridos. El objetivo del Día Internacional de los Archivos es precisamente desmentir esta imagen prejuiciosa, que muchas veces afecta en el desarrollo de estas instituciones, y mostrar la importancia crucial de los archivos. Para el Consejo Internacional de Archivos (llamado ICA por las siglas en inglés de International Council on Archives),
“[…] resulta esencial transmitir a la ciudadanía en su conjunto que los archivos son entidades que conservan un tipo de documentos que son creados, recibidos y conservados como una evidencia y como información, fundamentales para las organizaciones o las personas, que les facilitan el responder a obligaciones jurídicas, a todo tipo de transacciones y que garantizan sus derechos.”
Celebramos este día gracias a que durante el Congreso Internacional de Archivos llevado a cabo en Viena en 2004, dos mil participantes aprobaron una resolución para pedir a la ONU la creación de un Día Internacional de los Archivos. A partir de esta iniciativa, durante una Asamble General del ICA, celebrada en noviembre del 2007, se decidió crear y promover un Día Internacional de los Archivos propio del Consejo. Se eligió el nueve de junio porque fue en este día que se creó el Consejo Internacional de Archivos en 1948, bajo los auspicios de la UNESCO.
Para que podáis acercaros más a este fascinante mundo os compartimos una lista de archivos que proporciona la GuiaBCN del Ajuntament de Barcelona. También podréis seguir cada paso de la actividad del Día Internacional de los Archivos a través de las redes sociales con la etiqueta #DIA2016.
El archivo siempre ha sido un lugar de enorme importancia, y como dicen los miembros del Consejo Internacional de Archivo
“El patrimonio archivístico y documental ofrece un testimonio insustituible y fundamental del desarrollo social, político, económico y cultural de la humanidad.”
Algunos dirán que vaya locura hacer un documental sobre un poeta cuando aún sigue vivo. Aunque tú no lo sepas no es sólo una representación sobre la poesía de Luis García Montero sino que pretende serlo de toda su generación de escritores poetas, aquellos que pensaron que otra forma de expresarse era posible y que sentaron las bases de lo que hoy se podría llamar «la poesía moderna en España». En sus escritos nos hablan como iguales sin los artificios y las frases ininteligibles de anteriores poetas. Hablan de lo cotidiano sin prescindir de un lenguaje elaborado. Como dice Joaquín Sabina: “Luis parece capaz de contarnos lo que habíamos olvidado de nosotros mismos”.
Con esta canción comienza el documental. Una canción de Quique Gonzalez basada en uno de los poemas de García Montero gracias a la que muchos descubrimos el buen hacer de este autor (seguramente para otros haya sido al revés). Y es que esta es una película, ante todo, de amigos. Porque, aparte de poeta, García Montero es catedrático, critico, ha apoyado numerosas causas sociales y participado activamente en política. Facetas que se desgranan en el documental y de las que ha ido formando un séquito de «colegas» como Felipe Benítez Reyes, Almudena Grandes, Eduardo Mendicutti, Benjamín Prado, Miguel Ríos, Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat, Àngels Barceló y Juan Diego Botto, entre otros, que hablan por él y sobre él a lo largo de la película.
Luis García Montero (Granada, 1958) es Catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada y, sin lugar a dudas, su nombre está entre los poetas más importantes en lengua castellana. Es autor de más de una decena de poemarios y varios libros de ensayo. Recibió el Premio Adonáis en 1982 por “El jardín extranjero”, el Premio Loewe en 1993 y el Premio Nacional de Literatura en 1994 por su libro “Habitaciones separadas”. En 2003, con “La intimidad de la serpiente”, fue merecedor del Premio Nacional de la Crítica. En los años 80 y bajo el magisterio de Juan Carlos Rodríguez se vinculó al grupo poético de “La otra sentimentalidad”, junto a los poetas Álvaro Salvador y Javier Egea. Su trayectoria personal se fue ampliando en lo que se fue conociendo más tarde como Poesía de la experiencia.
Tanto si sois seguidores de la obra de Luis García Montero como si no, recomendamos sumergiros en la propuesta de este documental. Sobre todo a estos últimos ya que su figura es posiblemente el mayor y más influyente poeta actual. Se podrá ver próximamente en:
Cineteca del Matadero (Madrid), 24-25-26 de Junio: 18:30. Sala Berlanga (Madrid ), 30 de Junio y 2 de Julio: 20:30.